Receta de Mini cake de chocolate con crema

Pasos de receta

1. Precalentar el horno a 350º C. Engrasar y espolvorear con harina los dos moldes donde se va a verter la mezcla. Deben ser redondos, profundos y con un diámetro de aproximadamente 20 centímetros.
2. En una olla, a temperatura media, derretir el cacao o chocolate en polvo con la taza de leche y la mitad del azúcar morena.
3. Luego, agregar los 150 gramos de chocolate negro en trozos. Al estar derretido, dejar enfriar.
4. Colocar en la batidora eléctrica el resto del azúcar y la mantequilla. Batir hasta que quede cremosa.
5. Agregar la mitad de la esencia de vainilla, la mitad de los huevos uno a uno y la mezcla de chocolate ya enfriada.
6. Unir todo muy bien. Añadir la harina, el bicarbonato y el polvo para hornear. Mezclar en forma envolvente.
7. Repartir la mezcla en dos moldes y hornear por 35 minutos. Para verificar que estén listos, pinchar la torta con un palito de metal y si este sale limpio es que la preparación ya está cocinada.
8. Una vez listos los bizcochos cortamos pequeños circulos con un molde para hacer galletas para armar nuestros mini cake.
9. Procedemos a hacer la crema
10. Lo primero será romper los huevos sobre un bol de buen tamaño y los vamos a batir bien. Después agregamos la otra mitad del azúcar y de nuevo batimos hasta que se mezclen bien ambos ingredientes y formen una mezcla cremosa. Lo mejor para esto es emplear unas varillas, ya sean a mano o colocadas en la batidora. Una vez estén bien mezclados, añadimos la leche, la maicena y la esencia de vainilla, y acabamos de batir todos estos ingredientes hasta que la mezcla sea homogénea.
11. Una vez tengamos esta mezcla bien batida, la echamos en una olla y encendemos el fuego a potencia media. Dejaremos calentando y removiendo de vez en cuando, hasta que se nos forme una crema con la textura adecuada, pero sin dejar que hierva, así que hay que remover con paciencia para conseguirlo, y controlar el fuego para no ponerlo demasiado fuerte.
12. Cuando acabemos de formar la crema y quede bien espesa, la apartamos del fuego, la vertemos en un recipiente diferente y dejamos templar a temperatura ambiente, y cuando la tengamos así ya podremos emplearla para rellenar los bizcochos. Una vez listos se sirven y decoran como desee.